El Camino de Santiago es, sin duda, una de las experiencias más bellas y emocionantes que una persona puede vivir a lo largo de su vida. Sin embargo, muchas veces, la fatiga puede convertirse en nuestro peor enemigo a lo largo del itinerario. Se trata de algo inevitable y no debe ser motivo para hacernos renunciar a nuestro objetivo. Durante los días que estemos en ruta, caminaremos muchos kilómetros con nuestra mochila a cuestas y sufriendo las adversidades climáticas, lo que terminará por hacernos sentir cansados.
Se trata de una importante prueba física a la que vamos a someter nuestro cuerpo durante varias semanas. Puede que estés acostumbrado a salir a hacer senderismo por el campo los fines de semana pero aunque estés en forma, si no tienes cuidado, podrías sufrir alguna lesión que te obligue a avanzar más lento o incluso a tener que abandonar.
Consejos para recuperar fuerzas durante el Camino de Santiago
Es muy importante realizar pequeños descansos durante el día para recuperar fuerzas, de manera que no lleguemos a sentirnos exhaustos y que la recuperación sea más rápida que si estamos completamente agotados. Por ejemplo, puedes parar a descansar un rato a la sombra de un árbol, aprovechar para beber agua y comer algo. Tu cuerpo te lo agradecerá y no olvides que el Camino de Santiago es una experiencia que hay que disfrutar ante todo. De lo contrario, puede terminar convirtiéndose en una auténtica tortura.
Además, es importante que bebas pequeños tragos con frecuencia para hidratarte y evitar que tus músculos se cansen más de lo necesario. Y no sólo agua, sino también bebidas energéticas, que son ricas en sales minerales, sobre todo para aquellos que caminen más de 30 km al día. También puedes echar al agua media cucharada de bicarbonato y otra de sal.
Tampoco deberías privarte de descansar un día completo si lo consideras oportuno, ya que así podrás afrontar con más fuerza los kilómetros que te quedan del Camino de Santiago. Lo ideal es que al menos descansemos bien un día completo por semana. Para aquellos, por ejemplo, que tienen pensado hacer el Camino Francés, una buena opción sería hacer una parada para dormir en un hotel en Sarria, población situada en la recta final, a sólo 100 km de Santiago de Compostela. De hecho, muchos empiezan la ruta aquí por ser la distancia mínima para ganar la Compostela. Pero si estás haciendo un camino más largo, también puede ser un buen punto para descansar y recuperar fuerzas.
Por supuesto, además de realizar descansos, es muy importante dormir bien por las noches, siempre las horas suficientes. De lo contrario, es muy posible que nos falten las fuerzas al día siguiente. Puede que te apetezca salir por la noche o quedarte charlando con los amigos, pero recuerda que el descanso es primordial para afrontar el gran desafío que supone el Camino de Santiago.
También son recomendables los masajes en las piernas y en los pies dados por nosotros mismos o por algún compañero como favor mutuo. Las agujetas no son el problema real, ya que a los dos días dejaremos de sufrirlas. El verdadero problema son los tirones y el cansancio muscular que podemos padecer como consecuencia del ritmo de la marcha, la deshidratación y un sobreesfuerzo al que no estamos acostumbrados. En este sentido, los masajes son fundamentales para descargar las piernas. Pero también tomar alimentos salados, tanto para retener agua como para evitar el cansancio muscular y los tirones.
Por último, recuerda que no debes exceder el peso de tu mochila. Recuerda que tendrás que caminar muchos kilómetros con ella a tus espaldas y que un sobreesfuerzo en esta zona del cuerpo durante tantas semanas puede tener graves consecuencias para nuestros músculos. Además, te hará estar más cansado e irás más lento, sobre todo cuando ya lleves varias horas caminando y empiecen a faltarte las fuerzas. Por eso, intenta ir lo más ligero posible de equipaje y llevar contigo solamente lo estrictamente necesario. Lo ideal es no llevar nunca más del 10 % de nuestro peso corporal cargado sobre nuestras espaldas. Es decir, si por ejemplo pesas 70 kg, tu mochila nunca debería superar los 7 kg.